jueves, 1 de septiembre de 2016

Heridas con el fuego (homenaje a Quevedo)





Corazón muere, vivamente oscuro
lloro y río, y somnoliento duermo.
Espero, voy gritando, frío, yermo
destino desgarrado, blando y duro.

Dolor esparce, plenamente ambiguo
semillas de placer somatizado,
herida pútrida, más me ha dejado
cenizas de un amor ya muy antiguo.

Y un gran calor, ya más que congelado
llenó mis cicatrices de misterios
y me ha hecho recordar lo que he soñado:

Que pienso que algún día yo te he amado
y a sangre va mi cuerpo sin criterio
alguno de sentirse lastimado.



Del libro "Ambrosía" (Editorial Imaginante 2012)

No hay comentarios:

Publicar un comentario