En el centro de los mares, tierna eres,
una imagen de caricias y dulzuras;
y quitándole su brillo a otros seres
vas dejando en corazones tus locuras.
Dulce ninfa, mi Afrodita, mi sirena,
¿quién fue tan cruel de crearte entre paredes?
si tu hogar fueran los campos o la arena,
la ciudad te queda chica y ya no puedes
demostrar que eres del sol y de narcisos,
que los seres de las sombras te veneran
y que cantan por tu voz los pajarillos.
Y quizás en otra vida ya te esperan
esos montes gobernados por estrellas
para ver en libertad tus mil bellezas.
Del libro "Ambrosía" (Editorial Imaginante 2012)
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