jueves, 23 de agosto de 2012

Infausto



La araña sonriente tejía
los besos nublados de rabia.
Sus patas, gigantes y extrañas
tapaban mis ojos con calma.

La luna goteaba en el techo,
afuera no había más nada.
Y el cielo tragaba el recuerdo,
logrando invadir mis espaldas.

Noche,
y oscuros silencios de cama.
Huecos,
por donde escapó tu mirada.

La araña sonriente tejía
los versos que escribe mi alma.


Del libro "Ambrosía" (Editorial Imaginante 2012)

No hay comentarios:

Publicar un comentario