sábado, 21 de julio de 2012

A un viejo árbol





Tú velas por mis sueños, yo comprendo
tu fría soledad atormentada.
El viento que se lleva hacia la nada
tu vello va ignorando que te entiendo.

Tu tiempo ahí clavado, compartiendo
las horas de la tarde desgarrada
que tanto pensé en ella, ¡desgraciada!
y sólo tú me viste, deshaciendo.

¿Y cuántos años más irás sintiendo
el sol en tu coraza y aquel viento
que viste y te desviste, sin permiso?

De a poco ya los dos, vamos muriendo
tan solos como nadie, qué cruento
ser sólo un gris detalle de este piso.

*Adelanto del nuevo libro "Ambrosía".