lunes, 29 de agosto de 2016

Deja vu (cuento corto)



          Tengo la sensación de haber vivido esto. Algunas personas lo llaman deja vu, otras personas creen que se trata de recuerdos de nuestras vidas anteriores. La verdad, no lo sé. Conozco esta calle. Puedo reconocer el árbol mal podado de la casa de rejas verdes; el perro que duerme acobachado bajo la ventana del café, y la anciana que saluda desde la otra esquina. Una sensación extraña recorre mi cuerpo mientras espero en la vereda que corte el semáforo para poder cruzar, pero me distraigo al verla a ella: una muchacha de pelo rojizo que me mira sonriente desde la parada del colectivo. Es muy bonita, le devuelvo la sonrisa. Conozco esos ojos, ya los vi en alguna otra parte, pero no recuerdo donde. La lluvia empieza a mojarme. La misma lluvia de alguna otra tormenta. Me recuerda que siento frío. Me tapo con la campera por encima de la cabeza, el semáforo esta por cambiar. Me parece haber hecho ya esto. Todo es tan familiar. Vuelvo a sentir esa sensación extraña y reconozco el grito de la mujer que estaba parada atrás mío. Alguna vez lo escuché, lo sé. También reconozco ese ruido tan particular, el de las cubiertas de un auto chillando contra el asfalto. Ese olor tan familiar que invade en mi nariz. ¿Cuándo fue que lo sentí? No tengo tiempo de recordarlo, algo me golpea y siento que vuelo por el aire. El golpe duele demasiado, pero la caía es peor. Paso un rato confundido... 
          Ahora ni puedo levantarme, estoy aterrado. Siento mojada la cabeza y bajo mi cuerpo, el frío del asfalto. Un frío que alguna vez ya había sentido. Es todo tan familiar. Las caras a mi alrededor, las conozco a todas, pero no puedo hablar. Mi cuerpo se entumece y no puedo respirar. Ya viví esto. Sé lo que viene ahora: un frío desgarrador y una oscuridad inmensa. Tengo la sensación de haber vivido esto. Algunas personas lo llaman deja vu, otras personas creen que se trata de recuerdos de nuestras vidas anteriores. La verdad, no lo sé. Conozco esta calle. Puedo reconocer el árbol mal podado de la casa de rejas verdes; el perro que duerme acobachado bajo la ventana del café, y la anciana que saluda desde la otra esquina. Una sensación extraña recorre mi cuerpo mientras espero en la vereda que corte el semáforo para poder cruzar.


Autor: Jesús Trodler
De la antología "Vislumbrando horizontes Libróptica 2014"
Disponible GRATIS en: http://www.libroptica.com/VislumbrandoHorizontes.html

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