viernes, 9 de septiembre de 2016

Corazones yermos





Los lúgubres senderos me destierran
a un mundo solitario y más sombrío;
la estepa que incrementa con el frío
de nuestros corazones que se cierran.

Quisiste abrir caminos que pusieran
en juego tu temor y en el umbrío
terreno de mis besos, el rocío
de tu alma no dejó que éstos crecieran.

Profundo en ese valle tempestuoso
se hundió nuestra ilusión de ser amados;
quedamos sin aliento y abatidos 

de pena agonizante en el musgoso
sarcófago del alma y olvidados;
asqueados del amor que prometimos.




Del libro "Funesto" (Libróptica 2014)

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