Bajo la sombra oscura de tu llanto
se escurren las sonrisas que en las lluvias
pasadas relucían sin penurias,
más ahora se retuercen del espanto.
La hiel devorará todo el encanto
guardado en tu mirada seductora
que bien me iluminó; pero que ahora
desgarra en refucilos. Me amedranto.
Abriste sin temor esta tormenta,
sentiste el torbellino haciendo daño
y anclaste sin temerle a la marea.
Si causa soy, mujer, de tu hambrienta
y fiera pesadilla, no sea extraño
que ciego el corazón ya no me vea.
Del libro "Funesto" (Libróptica 2014)
Disponible en: http://www.libroptica.com/Funesto.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario