Quise perderme, en los torcidos huecos
donde anida sin pena tu memoria
pero sufrí en silencio nuestra historia
de desamor y corazones secos.
Creí hallar tu voz, perdida en ecos
gritando con locura, furia y gloria
palabras que perdimos por la escoria
que nos fueron dejando nuestros besos.
Y hundido en la terrible amargura
de pensar en tus ojos con desprecio
y tener un dolor por armadura.
Ahora sólo estoy en mi pieza oscura
tratando de entender, corazón necio
por qué mis sueños forman tu figura.
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